Esta es una pregunta que a menudo los urbanitas nos hacemos cuando ha transcurrido una dura semana de trabajo, y apenas nos queda tiempo para recuperarnos el fin de semana.
Hoy en día las dimensiones que toman nuestras ciudades, y Madrid en eso es paradigmática, nos obligan a largos desplazamientos y a emplear mucho tiempo en ellos, sobre todo si te toca vivir fuera de la almendra que forma el centro urbano, y trabajar dentro, o viceversa.
Desde luego los tecnócratas han basado el diseño urbano en base al desplazamiento del automóvil, grandes manzanas de viviendas con espacio interior ajardinados, anchos viales de 2, 3 o más carriles, que más parecen autovías que calles, si eres peatón prepárate a recorrer tus 500m para poder cruzar al otro lado, así que es mejor coger el coche e ir al gran MALL modelo americano a comprar el pan, eso sí no te dejes engañar por el limpio asfalto y el ancho de la vía hay señales de prohibido circular a más de 30.Este modelo ya quedó obsoleto en los años 50 del siglo pasado, pero aquí nuestros contumaces políticos se empeñan en repetir un modelo de calle de calzada más dos aceras que servía cuando la época de la verbena de la Paloma.
No cabe duda que es posible mejorar este modelo, si piensas detenidamente y observas una vía como el paseo de la Castellana, sería relativamente sencillo estructurar el tráfico para hacer compatible todos los medios de transporte existente, e incluso alguno todavía no inventado. Esta estructura se podría implementar en otras calles de distintos anchos. Cualquier visitante de Ámsterdam habrá observado que no hay barreras físicas en las aceras, en Madrid en ocasiones tienes que saltar defensas de fundición para llegar a la isleta donde está la parada del autobús.
Una ciudad más amable es posible si todos participamos, el automovil está bien si lo usas para irte a un sitio mejor, pero en la ciudad si te mueves andando en patines o en bicicleta descubres mucho más cada día, nos vemos en la próxima MASA CRITICA